Llevábamos mucho tiempo esperando el día del “Sesques”. Uno de los míticos del Pirineo....... y aquí está.
Este monte, centrado en el Valle de Ossau, es un espléndido mirador de todo el valle así como de las grandes montañas que le rodean.
La circular que a continuación relatamos se realizó el 17 de julio de 2010. La niebla nos acompañó durante el ascenso hasta el Lac d’Isabe (1925 m.) . En este caso la niebla fue más un aliado que un inconveniente ya que nos evitó sufrir los calores de julio en el ascenso al ibón.
Por el contrario, para la vuelta por Arrec de Sesques, la persistente niebla aún nos estaba esperando. Aquí el Track del amigo Mikel (Nire Mendiak), permitió que pudiéramos descender por esta otra variante y realizar así este gran monte de manera circular.
Este monte, centrado en el Valle de Ossau, es un espléndido mirador de todo el valle así como de las grandes montañas que le rodean.
La circular que a continuación relatamos se realizó el 17 de julio de 2010. La niebla nos acompañó durante el ascenso hasta el Lac d’Isabe (1925 m.) . En este caso la niebla fue más un aliado que un inconveniente ya que nos evitó sufrir los calores de julio en el ascenso al ibón.
Por el contrario, para la vuelta por Arrec de Sesques, la persistente niebla aún nos estaba esperando. Aquí el Track del amigo Mikel (Nire Mendiak), permitió que pudiéramos descender por esta otra variante y realizar así este gran monte de manera circular.
Plano del Recorrido
Perfil del Recorrido
Itinerario
Para acceder, desde Gasteiz, al inicio de esta circular hemos de tomar dirección a Iruña y de aquí la carretera que lleva a Jaca por Puente la Reina y seguimos hasta el cruce con Sabiñánigo, donde giramos dirección a Biescas. Dejamos este pueblo a nuestra derecha y se llega al cruce del Valle de Tena y Ordesa. Tomamos el desvío de la izquierda hacia el valle de Tena.
Seguimos la carretera hasta el alto del Portalet y bajamos a Francia. Después de pasar el núcleo de Gabas estamos atentos a un cruce por la izquierda que marca 'route forestal de Bitet'.
Se puede avanzar unos kilómetros hasta un puente, pero la pista se encuentra en muy mal estado.
En nuestro caso apenas llegamos a subir un kilómetro, ya que uno de los vehículos era bastante bajo y los “bajos” podían rozar en algunos de los muchos baches, así que aparcamos en la primera cuneta que permitía estacionar ambos vehículos. En total, desde Gasteiz, tenemos unos 285 km.
Para acceder, desde Gasteiz, al inicio de esta circular hemos de tomar dirección a Iruña y de aquí la carretera que lleva a Jaca por Puente la Reina y seguimos hasta el cruce con Sabiñánigo, donde giramos dirección a Biescas. Dejamos este pueblo a nuestra derecha y se llega al cruce del Valle de Tena y Ordesa. Tomamos el desvío de la izquierda hacia el valle de Tena.
Seguimos la carretera hasta el alto del Portalet y bajamos a Francia. Después de pasar el núcleo de Gabas estamos atentos a un cruce por la izquierda que marca 'route forestal de Bitet'.
Se puede avanzar unos kilómetros hasta un puente, pero la pista se encuentra en muy mal estado.
En nuestro caso apenas llegamos a subir un kilómetro, ya que uno de los vehículos era bastante bajo y los “bajos” podían rozar en algunos de los muchos baches, así que aparcamos en la primera cuneta que permitía estacionar ambos vehículos. En total, desde Gasteiz, tenemos unos 285 km.
Cómo llegar
0:00 h. Pista
Una vez estacionados los vehículos de manera que no molesten, iniciamos la circular. Seguimos la pista que asciende y permite el paso de vehículos hasta la zona donde se juntan la pista de ascenso con la del descenso. Durante todo el rato oiremos el sonido que produce el río en su recorrido de múltiples cascadas por la “Gorges du Bitet” hasta que éste desemboca, algo más abajo, en el Vallée d’Ossau. A los veinte minutos se llega a una bifurcación. Este es el punto hasta donde está permitido llegar en vehículo. Se sigue por la pista de la derecha, la de la izquierda es la que usaremos para la vuelta...... si hacemos bien la ruta. Ahora se cruza el puente y se sigue por la pista.
Una vez estacionados los vehículos de manera que no molesten, iniciamos la circular. Seguimos la pista que asciende y permite el paso de vehículos hasta la zona donde se juntan la pista de ascenso con la del descenso. Durante todo el rato oiremos el sonido que produce el río en su recorrido de múltiples cascadas por la “Gorges du Bitet” hasta que éste desemboca, algo más abajo, en el Vallée d’Ossau. A los veinte minutos se llega a una bifurcación. Este es el punto hasta donde está permitido llegar en vehículo. Se sigue por la pista de la derecha, la de la izquierda es la que usaremos para la vuelta...... si hacemos bien la ruta. Ahora se cruza el puente y se sigue por la pista.
0:55 h. Presa
En algo menos de una hora se alcanza la presa de Bitet que queda a mano derecha. Se cruza el arroyo e iniciamos el ascenso, ahora por marcada senda, que recorre un elegante y sereno hayedo. El sendero está en todo momento bien marcado y jalonado con hitos de piedras. Tras una fuerte subida por éste se llega a un pequeño rellano donde hay una bifurcación de sendas (1 h. 10'). Seguimos de frente por la marcada senda que llevamos y nos olvidamos de la que se desvía a la derecha.
En algo menos de una hora se alcanza la presa de Bitet que queda a mano derecha. Se cruza el arroyo e iniciamos el ascenso, ahora por marcada senda, que recorre un elegante y sereno hayedo. El sendero está en todo momento bien marcado y jalonado con hitos de piedras. Tras una fuerte subida por éste se llega a un pequeño rellano donde hay una bifurcación de sendas (1 h. 10'). Seguimos de frente por la marcada senda que llevamos y nos olvidamos de la que se desvía a la derecha.
1:30 h. Salida del bosque
Salimos del bosque y la niebla nos impide ver la muralla que hemos de ganar para acceder al rellano donde se asienta el Lac d'Isabe. Debemos superar ahora una empinada ladera siguiendo el marcado sendero que alterna zonas de piedra con matorral y helechal. Este tramo es muy duro y hay que tomarlo con calma. No en vano la jornada va a ser larga y hay que actuar con cabeza si se quiere completar la excursión. Por suerte la espesa niebla tuvo su pequeña contribución en un ascenso menos sufrido. Eso sí, tuvimos que pagar este refrescante manto privándonos de las vistas.
Salimos del bosque y la niebla nos impide ver la muralla que hemos de ganar para acceder al rellano donde se asienta el Lac d'Isabe. Debemos superar ahora una empinada ladera siguiendo el marcado sendero que alterna zonas de piedra con matorral y helechal. Este tramo es muy duro y hay que tomarlo con calma. No en vano la jornada va a ser larga y hay que actuar con cabeza si se quiere completar la excursión. Por suerte la espesa niebla tuvo su pequeña contribución en un ascenso menos sufrido. Eso sí, tuvimos que pagar este refrescante manto privándonos de las vistas.
2:30 h. Lac d’Isabe
Se alcanza el lago d’Isabe. Estamos a 1.925 metros de altitud. Aquí se encuentra el techo de la niebla y cuando ésta de diluye se aprecia la silueta de Sesques. Se han superado los primeros 1.200 metros de desnivel pero aún quedan 700 para coronar la cima y otros 1.900 de bajada para regresar, así que este es un buen lugar para comer y recuperar fuerzas. Dejamos el lago a nuestra derecha y seguimos la senda que pronto llega a un pequeño destrepe. Tras éste se continúa la senda que asciende por fuerte pendiente de hierba y piedras sueltas. La pendiente, particularidad de esta montaña, nos va acompañar durante todo el recorrido. Tras superar esta fuerte txanpa llegamos a una terraza herbosa desde donde disfrutamos de: la belleza del lago que por suerte va quedando muy abajo, de la cada vez más cercana cima y.... de la herbosa senda sin pendiente. Una vez recorrido este pequeño tramo herboso sin apenas variar de altitud llegamos a un nuevo destrepe. Al igual que ocurriera con el que nos encontramos nada más abandonar el lago, éste también se desciende sin dificultad. Y nos adentramos en terreno pedregoso.... que serían los “Piris” sin estas “bellas pedreras”. La senda se va difuminado a medida que entramos en zona pedregosa y hasta los hitos parecen desaparecer. A partir de este momento habremos de superar una terraza rocosa tras otras hasta alcanzar una pequeña chimenea situada entre el collado de Isabe y la cima. Según la época del año puede que haya que cruzar algún que otro nevero para alcanzar esta sencilla chimenea que hemos de superar. Sin sendero ni marcas ascendemos por la chimenea buscando los mejores agarres (no ofrece ninguna dificultad). Tras ésta, por zona rocosa y con fuerte pendiente, alcanzamos rápidamente la base de la cresta cimera de Sesques (4 h. 10 min.). Caminamos los últimos metros que nos separa del cordal cimero para ver, por fin, lo cerca que está la cima. Ya tenemos a nuestro alcance la ansiada cima así que nos encaminamos hacia ella por una afilada pero sencilla cresta.
Se alcanza el lago d’Isabe. Estamos a 1.925 metros de altitud. Aquí se encuentra el techo de la niebla y cuando ésta de diluye se aprecia la silueta de Sesques. Se han superado los primeros 1.200 metros de desnivel pero aún quedan 700 para coronar la cima y otros 1.900 de bajada para regresar, así que este es un buen lugar para comer y recuperar fuerzas. Dejamos el lago a nuestra derecha y seguimos la senda que pronto llega a un pequeño destrepe. Tras éste se continúa la senda que asciende por fuerte pendiente de hierba y piedras sueltas. La pendiente, particularidad de esta montaña, nos va acompañar durante todo el recorrido. Tras superar esta fuerte txanpa llegamos a una terraza herbosa desde donde disfrutamos de: la belleza del lago que por suerte va quedando muy abajo, de la cada vez más cercana cima y.... de la herbosa senda sin pendiente. Una vez recorrido este pequeño tramo herboso sin apenas variar de altitud llegamos a un nuevo destrepe. Al igual que ocurriera con el que nos encontramos nada más abandonar el lago, éste también se desciende sin dificultad. Y nos adentramos en terreno pedregoso.... que serían los “Piris” sin estas “bellas pedreras”. La senda se va difuminado a medida que entramos en zona pedregosa y hasta los hitos parecen desaparecer. A partir de este momento habremos de superar una terraza rocosa tras otras hasta alcanzar una pequeña chimenea situada entre el collado de Isabe y la cima. Según la época del año puede que haya que cruzar algún que otro nevero para alcanzar esta sencilla chimenea que hemos de superar. Sin sendero ni marcas ascendemos por la chimenea buscando los mejores agarres (no ofrece ninguna dificultad). Tras ésta, por zona rocosa y con fuerte pendiente, alcanzamos rápidamente la base de la cresta cimera de Sesques (4 h. 10 min.). Caminamos los últimos metros que nos separa del cordal cimero para ver, por fin, lo cerca que está la cima. Ya tenemos a nuestro alcance la ansiada cima así que nos encaminamos hacia ella por una afilada pero sencilla cresta.
4:25 h. Pic de Sesques
En la cima nos encontramos con una fea antena y una caseta de telecomunicaciones. Si el tiempo acompaña disfrutaremos del paisaje. Para el regreso descendemos hacia el visible collado de Sesques (2.395 m.).
En la cima nos encontramos con una fea antena y una caseta de telecomunicaciones. Si el tiempo acompaña disfrutaremos del paisaje. Para el regreso descendemos hacia el visible collado de Sesques (2.395 m.).
Panorámica
Por suerte la niebla no se eleva por encima de los 1900 metros de altitud así que podemos disfrutar de una buena panorámica. Lo primero que nos llama la atención es el Midi d’Ossau al SE. Entre este y nosotros el Capéran de Sesques. A medida que viramos hacia el sur nos encontramos, de manera tenue, el Pico de Anayet, Collarada, y la Trilogía de Aspe. De S. a SO. vemos una cadena de conocidos montes como el Bisaurin, Castillo de Acher, Los Alanos, Chipeta.... hasta la pirámide de Anie/Auñamendi al oeste. Ahora, de nuevo por terreno galo, vemos las puntas de algunas montañas que sobresalen del mar de nubes que cubre una amplia extensión de norte a este, así como el cercano Pic d'Isabe. A medida que viramos de nuevo al este nos encontramos las grandes montañas del Valle de Ossau y Tena; Palas, Arriel, Balaitous,... todo un espectáculo. El descenso lo vamos a realizar por el collado de Sesques. No hay sendero hacia el collado pero el camino, si no hay niebla, es evidente. Una vez en él decidimos que ya era hora de reposar y disfrutar del monte así que almorzamos sin prisas y tras éste llegó el receptivo “sueñecito reparador”. Aunque pueda parecer lo contrario, en este grupo impera , normalmente, el sentido común. Si se decidió descender por esta zona desconocida, sin senda, sin hitos y cubierta por la espesa niebla no fue por temeridad, contábamos con el “track” de Mikel (Nire Mendiak). Realizó esta misma circular el año pasado con buena visibilidad, colgando el track para que podamos usarlo y sin el cual nunca habríamos intentado dicho descenso, así que mila esker Mikel! Del collado se inicia un vertiginoso descenso donde la niebla nos vuelve a engullir (4 h. 45’). En cuanto nos cubre la niebla dejamos de buscar trazas de senda y se sigue, fielmente, la ruta que nos indica la pantalla del GPS con el track de Mikel. Es un terreno que tiene varios cortes por lo que no se puede ir a ciegas. Pronto encontramos trazas de senda que seguimos y debe ser la buena porque también coincide con la ruta del GPS. La senda nos lleva a una incómoda pedrera que descendemos hasta llegar a un gran nevero (6 h.). El caminar por él, aunque nos evita el penoso paso de la pedrera, no nos infunde mucha confianza ya que por el centro se aprecia un gran boquete abierto por el río que corre por debajo, así que caminamos lo más cercano posible a la pedrera hasta que finaliza el nevero (6 h. 20’). Al finalizar el nevero se vuelve a la incomoda pedrera. Por suerte queda poca de ésta y en menos de 10 minutos la pendiente se suaviza y llega a una amplia zona verde (se supone amplia.... la niebla limita mucho). La niebla nos impide verla pero estamos muy cerca de la cabaña de Cujala de Sesques (6 h. 30’). En esta vivienda, situada a la izquierda del Arrec de Sesques, podemos avituallarnos de agua. Como de ello andamos bien proseguimos nuestro camino siguiendo la senda que nos adentra en el hayedo. De nuevo volvemos a los vertiginosos descensos. La niebla aún está ahí pero al abrigo del hayedo y de la marcada senda esta apenas se deja notar. Tras un prolongado descenso por un bello pero empinado hayedo se llega a un nuevo prado donde se encuentra una cabaña denominada “Cabane d’Artigues de Sesques” (6 h. 55’). Dejamos ésta a nuestra derecha y seguimos de frente para adentrarnos de nuevo en el hayedo para iniciar otro prolongado y pronunciado descenso. Tras 45 minutos de continuo descenso se llega a otro pequeño claro donde pasaremos junto a una gran tubería de agua. Tras ésta, y un minuto después, llegamos a una pista (7 h. 45’). Ya sólo queda seguir la pista que en 10 minutos nos devuelve a la pista principal, junto al puente. Seguimos nuestro descenso hacia el coche (8 h. 15’). Los pies están cansados y doloridos del descenso pero la cercanía del final de la circular nos da fuerzas y alegra el ánimo..... eso o el barril de fría cerveza que nos aguarda en el apartamento de Formigal (.. lo que no sabíamos era que la ducha también iba a ser fría). La cuestión es que aquí termina esta desvirtuada circular. Se suele decir que la montaña, de una u otra forma, cobra un pequeño tributo a los “osados” que quieren cruzarla, en esta ocasión la encargada de cobrar dicho tributo fue la niebla.... que esto sea lo peor que nos pase nunca.
Por suerte la niebla no se eleva por encima de los 1900 metros de altitud así que podemos disfrutar de una buena panorámica. Lo primero que nos llama la atención es el Midi d’Ossau al SE. Entre este y nosotros el Capéran de Sesques. A medida que viramos hacia el sur nos encontramos, de manera tenue, el Pico de Anayet, Collarada, y la Trilogía de Aspe. De S. a SO. vemos una cadena de conocidos montes como el Bisaurin, Castillo de Acher, Los Alanos, Chipeta.... hasta la pirámide de Anie/Auñamendi al oeste. Ahora, de nuevo por terreno galo, vemos las puntas de algunas montañas que sobresalen del mar de nubes que cubre una amplia extensión de norte a este, así como el cercano Pic d'Isabe. A medida que viramos de nuevo al este nos encontramos las grandes montañas del Valle de Ossau y Tena; Palas, Arriel, Balaitous,... todo un espectáculo. El descenso lo vamos a realizar por el collado de Sesques. No hay sendero hacia el collado pero el camino, si no hay niebla, es evidente. Una vez en él decidimos que ya era hora de reposar y disfrutar del monte así que almorzamos sin prisas y tras éste llegó el receptivo “sueñecito reparador”. Aunque pueda parecer lo contrario, en este grupo impera , normalmente, el sentido común. Si se decidió descender por esta zona desconocida, sin senda, sin hitos y cubierta por la espesa niebla no fue por temeridad, contábamos con el “track” de Mikel (Nire Mendiak). Realizó esta misma circular el año pasado con buena visibilidad, colgando el track para que podamos usarlo y sin el cual nunca habríamos intentado dicho descenso, así que mila esker Mikel! Del collado se inicia un vertiginoso descenso donde la niebla nos vuelve a engullir (4 h. 45’). En cuanto nos cubre la niebla dejamos de buscar trazas de senda y se sigue, fielmente, la ruta que nos indica la pantalla del GPS con el track de Mikel. Es un terreno que tiene varios cortes por lo que no se puede ir a ciegas. Pronto encontramos trazas de senda que seguimos y debe ser la buena porque también coincide con la ruta del GPS. La senda nos lleva a una incómoda pedrera que descendemos hasta llegar a un gran nevero (6 h.). El caminar por él, aunque nos evita el penoso paso de la pedrera, no nos infunde mucha confianza ya que por el centro se aprecia un gran boquete abierto por el río que corre por debajo, así que caminamos lo más cercano posible a la pedrera hasta que finaliza el nevero (6 h. 20’). Al finalizar el nevero se vuelve a la incomoda pedrera. Por suerte queda poca de ésta y en menos de 10 minutos la pendiente se suaviza y llega a una amplia zona verde (se supone amplia.... la niebla limita mucho). La niebla nos impide verla pero estamos muy cerca de la cabaña de Cujala de Sesques (6 h. 30’). En esta vivienda, situada a la izquierda del Arrec de Sesques, podemos avituallarnos de agua. Como de ello andamos bien proseguimos nuestro camino siguiendo la senda que nos adentra en el hayedo. De nuevo volvemos a los vertiginosos descensos. La niebla aún está ahí pero al abrigo del hayedo y de la marcada senda esta apenas se deja notar. Tras un prolongado descenso por un bello pero empinado hayedo se llega a un nuevo prado donde se encuentra una cabaña denominada “Cabane d’Artigues de Sesques” (6 h. 55’). Dejamos ésta a nuestra derecha y seguimos de frente para adentrarnos de nuevo en el hayedo para iniciar otro prolongado y pronunciado descenso. Tras 45 minutos de continuo descenso se llega a otro pequeño claro donde pasaremos junto a una gran tubería de agua. Tras ésta, y un minuto después, llegamos a una pista (7 h. 45’). Ya sólo queda seguir la pista que en 10 minutos nos devuelve a la pista principal, junto al puente. Seguimos nuestro descenso hacia el coche (8 h. 15’). Los pies están cansados y doloridos del descenso pero la cercanía del final de la circular nos da fuerzas y alegra el ánimo..... eso o el barril de fría cerveza que nos aguarda en el apartamento de Formigal (.. lo que no sabíamos era que la ducha también iba a ser fría). La cuestión es que aquí termina esta desvirtuada circular. Se suele decir que la montaña, de una u otra forma, cobra un pequeño tributo a los “osados” que quieren cruzarla, en esta ocasión la encargada de cobrar dicho tributo fue la niebla.... que esto sea lo peor que nos pase nunca.
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